28 de marzo de 2012

Tres tendencias de los consumidores que pueden transformar su organización


Durante décadas, la distinción entre tecnología para los consumidores y soluciones de tipo empresarial utilizadas en el entorno laboral ha sido clara. Pero este límite se está desdibujando cada vez más. La tecnología se ha incorporado tanto a una gran parte de nuestro mundo fuera del trabajo que esperamos que nuestros equipos y aplicaciones favoritas se adapten perfectamente a la oficina.

Las organizaciones con la audacia de innovar están buscando la forma de aprovechar las tecnologías de consumo popular y transformar la forma de hacer negocios. Como resultado, están en condiciones de ofrecer opciones de comunicación más económicas y efectivas y promover una colaboración más rápida y sencilla con los clientes y colegas.
Aquí Avaya presenta tres tendencias impulsadas por los consumidores que comienzan a afianzarse en todos los negocios del mundo.
Los equipos de los consumidores están desplazando los equipos laborales. Los equipos smartphone, las computadoras tablet y otras herramientas de comunicación personal se abren paso en los lugares de trabajo. De hecho, muchos empleadores ofrecen un estipendio para que los empleados lleven sus propios equipos. Es algo que llama mucho la atención en estos días, pero por una buena causa. Cada vez más los empleados buscan la practicidad de un único equipo que satisfaga ambas necesidades, las comerciales y las personales, y saben lo que les gusta. Es claro que prefieren el último dispositivo seleccionado por ellos mismos.
Esto es especialmente cierto entre los miembros de la generación "hiperconectada" que nació después de 1980. Estas personas con habilidad tecnológica no conocen lo que es la vida sin internet, equipos móviles y redes sociales. Ahora representan el 25% de la población mundial y un creciente e importante porcentaje de nuestra población activa. Las investigaciones muestran que alrededor de ocho de cada diez quieren trabajar mientras van de un lugar a otro y más de la mitad quiere también tener la flexibilidad de elegir cuándo trabajar. Las empresas que quieren contratar y conservar empleados más jóvenes harían bien en aceptar sus intereses, ayudarlos a trabajar sin dificultades desde cualquier sitio, en cualquier momento y en cualquier equipo que elijan.
El truco está, por lo tanto, en adaptar los equipos personales a una arquitectura empresarial. La tecnología de protocolo de inicio de sesión y las comunicaciones unificadas pueden ser posibilitadores importantes que permitan que las empresas utilicen aplicaciones de tipo empresarial en una amplia gama de equipos de los consumidores y los gestionen de forma segura y sin ningún tipo de problema. El resultado es una gran ampliación de las capacidades a las que se puede acceder a través del equipo que el empleado prefiera usar.
Un ejemplo: las aplicaciones de comunicaciones unificadas pueden trasladarse fácilmente desde una computadora de escritorio a un equipo smartphone o computadora tablet. Con toda la funcionalidad de un sistema de comunicaciones de oficina al alcance de la mano, los empleados pueden hacer el cambio con facilidad y pasar al modo de trabajo desde el hogar, el supermercado o el centro comercial local. Pueden responder una llamada al número de la oficina, enviar un mensaje instantáneo a un cliente o colega, usar el correo de voz visual para priorizar mensajes, responder llamadas de voz y mensajes grupales mediante localizador, iniciar una llamada de conferencia y grabarla, e incluso utilizar funciones de presencia para ver qué colegas están disponibles para responder a una pregunta.
Las aplicaciones para consumidores están invadiendo la empresa. No son sólo los equipos para consumidores que se están abriendo camino en la empresa, sino que también lo están haciendo las aplicaciones para consumidores. El uso de mensajes multimedia instantáneos para enviar texto, fotos y videos, e incluso información de contacto a familiares y amigos es algo común, entonces, ¿por qué no usar la misma tecnología para comunicarse con los colegas en el lugar de trabajo? Si puede ver a conocidos que están lejos a través de una simple aplicación de video en su computadora de escritorio o portátil, parece normal -e incluso previsible- que tenga la misma tecnología fácil de usar en el trabajo.
Incluso los juegos invaden los lugares de trabajo en nuevas y profundas formas. Hay interfaces similares a las de los juegos que son cada vez más importantes para muchos procesos comerciales. De hecho, los analistas de Gartner dicen que para 2014 más del 70% de las empresas Global 2000 tendrán al menos una aplicación "al estilo de un juego".
El ámbito de los juegos es particularmente prometedor para los procesos de innovación, el servicio al cliente, la capacitación y otras funciones corporativas importantes que se benefician de un alto grado de participación e interacción.
Si los juegos se vuelven parte de su red de comunicaciones unificadas, por ejemplo, puede conectar a las personas en tiempo real para obtener una colaboración más efectiva. Simplemente se construye un entorno en línea que simula un oficina compartida o una sala de conferencias. Los empleados en sitios remotos de todo el mundo pueden tener una mejor comunicación o establecer relaciones personales más cercanas al trabajar de forma virtual como si estuvieran en el mismo lugar. Pueden asistir a reuniones, participar en sesiones grupales de capacitación o incluso compartir una conversación privada como si estuvieran uno al lado del otro.  
Los clientes exigen vías de acceso más amplias. Durante años las empresas han utilizado el teléfono para el servicio al cliente y la asistencia técnica. Pero un estudio reciente de preferencias de los consumidores a nivel mundial muestra que más de la mitad de los consumidores prefieren usar el correo electrónico o internet para ponerse en contacto con una empresa en lugar del teléfono.   
Las organizaciones innovadoras responden a esto con una importante ampliación de las vías de acceso que los clientes pueden utilizar para ponerse en contacto con ellas. El resultado es un servicio más rápido y flexible, ya sea que el cliente prefiere internet, los mensajes instantáneos, el correo electrónico, videos en la computadora o el teléfono móvil, una estación interactiva o algún otro canal de comunicación.  
Las mini aplicaciones de los centros de contacto permiten incluso que las empresas creen la conectividad en las redes sociales por internet. Con un mouse o la pantalla táctil de un equipo móvil, los clientes pueden comunicarse con su empresa de la forma que prefieran con tan sólo un clic, sin tener que marcar un número telefónico o escribir una dirección de correo electrónico. Los agentes puede compartir rápidamente documentos y contenido multimedia por Internet de forma que el cliente pueda decidir una compra o resolver un problema.  
El hecho de que los centros de contacto se estén convirtiendo en puestos de mando fundamentales para esta compleja combinación de medios, en especial en lo que refiere a redes sociales, no debería sorprender a nadie. Además de gestionar los contactos con los clientes, los agentes utilizan las aplicaciones nuevas para buscar en Internet opiniones sobre su empresa y sus ofertas. Realizan un seguimiento de las tendencias y captan clientes de forma activa incluso a través del uso de Twitter, Facebook, blogs y otros canales de medios sociales.  También utilizan los videos por internet para compartir información a través de múltiples plataformas, llegando a millones de potenciales clientes en una única campaña integrada.   
Cómo resolver los desafíos de infraestructura. La incorporación de las tendencias impulsadas por los consumidores en el lugar de trabajo no carece de desafíos, desde problemas potenciales de seguridad hasta inquietudes respecto a la fiabilidad. Por lo que hay que empezar analizando la infraestructura subyacente. Asegúrese de centralizar las operaciones y aplicaciones de su red de forma que las normas de seguridad puedan implementarse ampliamente.  Busque plataformas diseñadas para integrar redes, sistemas operativos, equipos y aplicaciones para múltiples proveedores.  Seleccione aplicaciones de comunicaciones unificadas y centros de contacto con la flexibilidad para manejar varios tipos de canales de comunicación.  
Ofrecer los tipos de interacciones multimedia esperadas por los empleados y consumidores siempre conectados y de un lugar a otro de hoy en día puede ayudarlo a aumentar tanto la efectividad como la productividad de su organización, cerrando más negocios y obteniendo niveles más altos de satisfacción del cliente.

Fuente: América Economía


27 de marzo de 2012

Lo que dicen de ti las redes sociales

En los tiempos que corren, pocos con un mínimo acceso a la tecnología e internet pueden escapar de las redes sociales.


Se han convertido en una especie de ventana a través de la cual se divisa gran cantidad de información sobre nuestra vida y personalidad.
Es por ello que muchos psicólogos tratan de averiguar lo que esconden y, en especial aquellos dedicados al coaching y recursos humanos, aseguran que a través de ellas logran conocer la cara "real" del futuro empleado.


Los siete pecados
En una entrevista concedida el año pasado al diario estadounidense Wall Street Journal, Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, dijo que las redes sociales reflejan los siete pecados capitales: Facebook es "ego", Zynga es "pereza" y LinkedIn es "codicia".
Isidro Maya, psicólogo social y analista de redes sociales de la Universidad de Sevilla, explicó a BBC Mundo que lo que en la práctica revela nuestra personalidad en internet es nuestro grado de interacción con otros perfiles.
"No hay nada virtual en las relaciones online. Si uno es un freaky en la vida real lo es virtualmente, si uno es extrovertido y se relaciona mucho también lo va a hacer mucho online", apuntó.
Uno de los rasgos que muchos psicólogos han destacado a través del análisis de las interacciones en la red es el narcisismo.
Es el caso los de investigadores de la Universidad Western de Illinois en Estados Unidos, quienes publicaron un informe titulado "El Narcisismo en Facebook: comportamiento antisocial y de autopromoción".

Personalidad "exhibicionista"

Según esta investigación, ciertos comportamientos en la red no sólo reflejan vanidad sino un narcisismo disfuncional, que se manifiesta en el modo en que seleccionamos a nuestros amigos en las redes, cantidad y frecuencia de actualizaciones, así como la interacción con otros usuarios.
El primer caso es el de la personalidad "exhibicionista", que tiende a aceptar cualquier invitación de amistad (cuanta más audiencia mejor) y a actualizar continuamente su perfil sin interaccionar mucho con los demás.

Un caso más grave es el de los usuarios "explotadores-agresivos". Estos también buscan tener una gran audiencia y además de ser "escuchados" exigen ser "respondidos", además raramente dan esa clase de reporte virtual a otros usuarios, lo suyo es recibir.
En ocasiones, señala el estudio, esta personalidad puede llegar a ser agresiva, reaccionando negativamente cuando alguien no comenta en su estado o respondiendo agresivamente a críticas en la red.
No obstante, psicólogos como Maya afirman que lo que genera este tipo de comportamintos sería parecido al "síndrome del famoso", personas públicas que al contar con una gran audiencia tienden a actuar con cierto narcisismo.
"Esto se acaba viendo en las redes sociales a nivel más reducido".

Ventanas a nuestro ser "real"

Recientemente, los psicólogos dedicados al coaching y recursos humanos también se han aficionado a hurgar en la red con el fin de evaluar la personalidad del futuro empleado.
"Las redes sociales son ventanas que muestran de forma más natural cómo se comportan las personas, ya sea para bien o para mal", afirma Alfonso Alcántara coaching de profesionales y emprendedores en reputación digital.
"Si un joven nunca publica en Facebook que se lo está pasando bien con sus amigos a lo mejor eso demuestra que no sabe relacionarse", explicó. "También pasa lo contrario, que se publica algo en internet y eso arruina su reputación".
"En principio, ya por estar en las redes se demuestra una personalidad más abierta, que está a la vanguardia", explicó.

Preferencia en redes

"Los que acuden más a Twitter suelen ser los que más interesados están por la información y los contenidos. Por su parte, los que usan más Facebook, son personas con más inteligencia emocional, ya que le dedican más tiempo a las personas que a los contenidos".

"Por otro lado, los que se dedican más a LinkedIn suelen ser personas más centradas en el negocio, personas que están enfocados en objetivos muy concretos".
En el caso de LInkedIn, donde muchos cuelgan su curriculum vitae, Alcántara señaló que aquellas personas que suelen presentarse con su título educativo en primer lugar demuestran "inseguridad".
"Es mejor poner tus habilidades, tu puesto de trabajo, si eres director o comunicador".

El triángulo de las bermudas

Pero uno de los elementos más importantes, señaló, es que esté balanceado lo que llaman el "triángulo de las Bermudas", es decir, que haya cierta coherencia entre la foto, el nombre y la biografía.
"Esas tres cosas influyen. Si soy una persona emprendedora salgo con una foto en el trabajo. Si pongo una en una piscina doy la impresión de que soy un vigilante de la playa, pero lo importante es que se alinee todo, que todo coincida".
Así que a la hora depedir trabajo, ya no basta con un buen traje y controlar los nervios en la entrevista, ya que una "entrevista paralela" se lleva a cabo en línea y puede detectar cualquier incoherencia en la información que proporcionamos a le empresa.


Fuente: BBC
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26 de marzo de 2012

De cada 1000 palabras, herramos hen trez


Ocurre mientras hablamos y, lógico, en nuestra voluntad. Nuevos estudios explican que la clave está en nuestro empeño por evitar decir ciertas cosas, a lo que se suman distracciones específicas y el estrés.

Siempre parece ocurrir en el momento más inoportuno. Frente a una persona atractiva o cuando usted quería decir algo inteligente, cuando tiene que discutir un aumento de sueldo con el jefe, justo en medio de la conferencia que le tocó dictar o en la reunión anual con sus ex compañeros de colegio, los mismos que no dejarán de molestarlo todo el año por haber confundido la palabra reducto con eructo en el discurso de bienvenida.
Es que nadie está libre de sufrir algún "incómodo" lapsus verbal, esos que afectan a deportistas, figuras de TV , presidentes y al más común de los mortales en situaciones casi siempre incómodas o complicadas. Desde los tiempos de Freud, los científicos vienen analizando el fenómeno, intentando descubrir por qué de cada 1.000 palabras que decimos, al menos dos o tres errores se deslizan contra nuestra voluntad. Al menos eso es lo que señalan estudios que han demostrado que, considerando que en promedio el discurso de una persona tiene 150 palabras por minuto, un lapsus verbal se presenta una vez cada siete minutos de conversación continua.
¿Las razones? Tres redes de conexiones cerebrales para el habla que se relacionan -y a veces superponen- desencadenan los errores, a lo que suman factores como la ansiedad y el estrés, además de intentar suprimir lo que pensamos. Una de las claves para entender el problema es reconocer que distracciones específicas desencadenan errores específicos: si está hablando con una mujer que le atrae lo más probable es que su lapsus tenga relación con el sexo opuesto y no con el clima.
Actos fallidos
Lo cierto es que a comienzos del siglo XX, Sigmund Freud se refería a lo que llamaba "actos fallidos" en su libro Sicopatología de la vida diaria (1901). Allí señalaba que estos lapsus eran una forma inconsciente de revelar nuestros deseos ocultos. Pero lo que el maestro de la sicología moderna interpretó como una suerte de "fuga" experimentada por nuestros más inconfesables deseos, resultó ser más bien un reflejo casi mecánico de nuestro empeño por reprimir pensamientos. Y eso explica por qué los lapsus lingüísticos suelen ser tan embarazosos.
Fue lo que comprobó un afamado estudio realizado en 1987 por el sicólogo de la U. de Harvard, Daniel Wegner. En su libro Osos blancos y otros pensamientos no deseados, relata cómo tras instruir a un grupo de sujetos a que no pensaran en un osito blanco -sí, se basó en la pregunta que se hacía Dostoievsky en Notas de invierno sobre impresiones de verano-, los individuos terminaban pensando en el intruso osito al menos una vez por minuto durante las horas siguientes al experimento.
Según el texto, cuanto más una persona suprime un pensamiento, mayor es la probabilidad de que termine verbalizándolo. Quizás por eso cuesta tanto mantener secretos de familia, resistir cuando alguien nos interroga o mantener esa confesión de "vida o muerte" que su amiga le susurró al oído siempre y cuando usted no se lo contara "a nadie. ¿Ya?". Wagner no está de acuerdo con Freud en que sea la naturaleza ilícita y oculta de nuestros pensamientos la que nos lleva a cometer lapsus.
Según sus experimentos, se concluye que siempre estamos imaginando escenarios negativos en nuestras mente, revisándolos una y otra vez para no cometerlos. "Para evitar estos escenarios no deseados, nuestro cerebro no tiene otra salida que repasar continuamente la situación", explica Wegner. Dicho de otro modo, la parte consciente del cerebro requiere ayuda del área inconsciente para chequear constantemente lo que en definitiva, daría origen a los lapsus verbales.
Se trata del mismo principio que usan los sicólogos para "implantar sueños" en las personas. La sicóloga de la U. de Harvard, Deirdre Barrett, explica que cuando alguien piensa en algo justo antes de irse a la cama, tiene muchas más probabilidades de soñar con aquello que desea. La técnica es usada para tratar fobias o depresiones.
Me pones nervioso
Otro factor que explica el fenómeno son las distracciones que enfrenta una persona. En la U. de California, Davis, el sicólogo David Motley reunió a un grupo de estudiantes hombres que debían tomar una prueba de palabras especialmente diseñada para cometer lapsus verbales (consiste en repetir una serie de frases con temáticas distintas). El truco fue que unos realizaban la prueba frente a una mujer atractiva y sugerentemente vestida, mientras que otros lo hacían frente a un hombre de mediana edad, barba medio crecida y una incipiente calvicie.
Aquellos frente a la mujer cometían más errores comparados con el otro grupo, pero -y aquí viene lo interesante- no se trataba de cualquier error: tendían a equivocarse más cuando debían repetir frases con algún sentido o significado sexual. Tras repetir el experimento introduciendo un escala para medir la ansiedad, descubrieron que era la ansiedad el factor que disparaba los lapsus. Excitados con el hallazgo, decidieron cambiar el experimento y la mujer fue reemplazada por ligeros shocks eléctricos (muy usados en pruebas de sicología). Sucedió que esta vez los errores se repetían más frecuentemente con temas relacionados a la electricidad.
Este estudio concluyó que, además de la supresión de pensamientos, el estrés, la presión y las distracciones llevan a que las redes del habla en el cerebro -semántica, léxica y fonólogica- se superpongan desencadenando los lapsus verbales. Cómo evitarlos es el dilema: mientras usted más piense en no resbalar, más probabilidades tiene de caer.
Fuente: La Tercera