Detrás de un buscador como Google, hay cientos de algoritmos y miles de horas de programación para que el sitio más popular del mundo encuentre lo que la gente busca.
Es un trabajo de nunca acabar. Primero, porque la web está cambiando constantemente y hay que adaptarse a esos cambios, pero también porque los dueños de sitios siempre encuentran la forma para que su producto salga primero en los resultados de búsqueda, muchas veces sin merecerlo.
Consciente de ello, Google anunció cambios en su buscador; modificaciones que marcarán la pauta de lo que serán los motores de búsqueda del futuro. Lo más importante es que sabrán entender lo que el usuario realmente busca, una tendencia que también siguen otros buscadores como Yahoo!, Bing o el más revolucionario, Wolfram-Alpha; que en vez de entregar páginas como resultado, construye una respuesta coherente a partir de información en la red.
"Tim Berners-Lee, el padre de la web, vaticinó hace 10 años que en algún momento podrías preguntar al buscador con el lenguaje natural, tal como hablas, y éste te iba a dar respuestas útiles. De a poco, las cosas han ido hacia ese lado", dice el doctor Sebastián A. Ríos, director del Centro de análisis de redes sociales y minería de datos de la U. de Chile.
La tendencia une dos conceptos: búsquedas semánticas y búsquedas contextuales. Lo semántico tiene que ver con el significado de las palabras; es decir, si busco "vehículos económicos", el buscador tiene que saber que un Suzuki Maruti, un Peugeot 106 o un Chevrolet Spark lo son. "Se buscan asociaciones y relaciones entre palabras y se les da un rótulo. Es un gran trabajo de bases de datos, inteligencia artificial, minería de datos y hasta lingüística", dice Ríos.
La otra arista son las búsquedas contextuales, donde el buscador intenta conocer el entorno de quien está buscando para entregarle información que le sirva. Por ejemplo, si busco "bencina", actualmente saldrá en el buscador la definición en la Wikipedia o noticias sobre ese combustible. Pero lo que el usuario busca es la bencinera más cercana.
Los buscadores podrían asociar la búsqueda a un perfil de usuario, saber el sexo, la edad, el idioma, la ubicación geográfica y aprender de sus gustos, incluso -dice el doctor Ricardo Baeza-Yates, vicepresidente de Yahoo Research Europa y América Latina-, a partir de su historial de búsquedas pasadas. Todo con el objetivo de entregar un resultado personalizado y útil.
Fuente: El Mercurio