Lüfke es el nombre de este vehículo que estará enfocado a personas dispuestas a contribuir en el cuidado del medioambiente, y a consumidores que necesiten transportes pequeños pero seguros.
SANTIAGO.- El primer automóvil eléctrico unipersonal de autoría chilena ya es una realidad luego que el mecánico industrial, Daniel Pavez, junto con la empresa VoZe comenzarán a desarrollar este vehículo con el objetivo de revolucionar el mercado automotriz.
Lüfke es el nombre del automóvil que pretende solucionar de manera real la movilidad urbana, según explicó Daniel Pavez. “No genera ruidos ni emisiones contaminantes y se mueve a un costo de $6 el kilómetro, mientras que uno convencional cuesta $90 el kilómetro”, describe el mecánico.
La parte innovadora es que contará con un sistema de interacción entre el conductor y el vehículo, desarrollada sobre plataforma Android para controlar todas las funciones eléctricas, reemplazando el tablero con una pantalla touch.
Desde el 2012, y con seis colaboradores más, se ha trabajado en el mejoramiento del diseño, explica el emprendedor quien actualmente encuba el proyecto en el Centro Innovo de la Universidad de Santiago, quienes lo asesoraron para adjudicarse el capital Semilla Innova Chile de Corfo.
Este vehículo estará enfocado a personas dispuestas a contribuir en el cuidado del medioambiente, y a consumidores que necesiten transportes pequeños pero seguros.
La primera etapa de venta, será en verde y comenzaría en julio de este año, con posibilidad de personalizar cada vehículo con fecha de entrega para octubre de este año. “Si todo fluye de acuerdo a las proyecciones, deberíamos comenzar las prospecciones internacionales dentro del primer trimestre del 2014, obteniendo retornos de aquí a un año más o menos”, asegura Daniel Pavez.
El desafío más grande a enfrentar es el de la producción a escala de este vehículo, lo que requiere la espera de la segunda fase del Capital Semilla. Además Pavez agregó que está apostando todo a la viabilidad del proyecto, incluso “tomamos la decisión, con mi esposa, de vender la casa”.
Fuente: La Segunda
