A 70 años de su creación , el Premio Nacional de Literatura distinguió sin objeciones la sólida obra del poeta, ensayista y profesor de literatura hispanoamericana.
Cincuenta y un años después de la publicación de su primer libro, "Esta rosa negra", con el que obtuvo el Premio Alerce de Poesía de la Sociedad de Escritores de Chile, Óscar Hahn es finalmente reconocido con el máximo galardón que otorgan las letras chilenas. Entre una y otra fecha, entre un premio y otro, los libros de este poeta nacido en Iquique en 1938 han ido conformando paso a paso y sin estridencias una obra de indudable solidez y proyección internacional.
"El jurado basó su decisión tomando especialmente en consideración su alta calidad poética, su lenguaje depurado, y la belleza, profundidad y universalidad con que trata los grandes temas del ser humano", señaló ayer el ministro de Educación, Harald Beyer. Así fundamentó este fallo unánime, discernido por un jurado de sólo cuatro integrantes, ya que Isabel Allende, ganadora de la versión anterior, se excusó de participar. Por su parte, Maximino Fernández, representante de la Academia Chilena de la Lengua, dijo: "Este premio a Óscar Hahn confirma la existencia de una alta poesía que espero que siga adelante".
Titulado en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en 1963, Óscar Hahn trabajó como profesor en Arica, ciudad en la que conoció a Pablo Neruda y participó en diversas actividades en apoyo de la candidatura de Salvador Allende. En 1971 fue invitado a participar en el prestigioso Taller de Escritores de la Universidad de Iowa. Sin imaginarlo, pocos años después volvería a esa universidad como profesor de literatura hispanoamericana -después de salir al exilio y de doctorarse en la U. de Maryland-, y permanecería en ella durante tres décadas.
Poemarios como "Arte de morir", "Mal de amor", "Imágenes nucleares", "Tratado de sortilegios", "Versos robados", "Apariciones profanas", "En un abrir y cerrar de ojos", al margen de varias antologías de su obra, aparecen durante ese período.
Especialista en literatura fantástica y en poesía hispanoamericana, Hahn ha formado a generaciones de alumnos en Iowa y, como profesor invitado, en distintas universidades del mundo. Su prestigio internacional se ha traducido en premios, y sobre todo, en la publicación y el estudio de su obra. Instalado nuevamente en Chile desde 2008, ha publicado los poemarios "Pena de vida" y "La primera oscuridad", así como varias antologías de su obra.
-¿Cómo recibió esta noticia?
"Mi primera reacción fue de incredulidad, porque el teléfono sonó una vez, pero no contestó nadie. Sonó de nuevo, y tampoco, y la tercera vez ya pude escuchar la voz del señor ministro. Y ahí, como dicen, me creí el cuento".
-¿Qué significa para usted este reconocimiento?
"Para mí, es motivo de orgullo ser el primer poeta que le da el Premio Nacional de Literatura al Norte Grande. Es cierto, he obtenido algunos reconocimientos internacionales, pero nada es más gratificante para un escritor que el ser reconocido en su propio país".
-¿A quién le dedica este premio?
"A mi madre, porque fue, desde que yo era niño, la imagen del lector o de la lectora ideal. Esa imagen de ella, con sus anteojos, leyendo libros, me acompañó toda la vida, y debió ser un fuerte estímulo para mí. Murió a los 94 años y seguía leyendo".
-¿Quién, a su juicio, también debería ganar este premio?
"El problema es que esos poetas que debieron haber sido premiados mucho antes que yo, ya fallecieron. Son, desde luego, Vicente Huidobro, Enrique Lihn, que era muy amigo mío; Jorge Teillier, Stella Díaz Varín. En el futuro creo que se hará justicia con otros colegas".
-¿Cómo definiría su estilo?
"Mi estilo, igual que lo que pienso políticamente, es pluralista. No se enmarca en un modo de escribir, o en un solo estilo, sino que es una suma o congregación de diversos estilos, que pueden ser barrocos, más simples, cultos, coloquiales, eruditos. Es una confluencia de diversas maneras de ver el lenguaje, y a eso yo lo llamo pluralismo poético".
"Un premio muy justo"
Ignacio Valente (José Miguel Ibáñez)
Crítico literario
"Nunca pensé que a estas alturas de 2012 un jurado pudiera postergar a Óscar Hahn, en favor de quien fuese. Le pertenecía por derecho propio. Chile ha pagado con él una deuda pendiente. Me alegro por la poesía chilena y por la institución del Premio mismo, que ha vuelto a prestigiarse"
Jorge Edwards
Premio Nacional y Premio Cervantes
"Me alegro mucho. Es un premio muy justo. Hahn es un gran poeta, uno muy original en su forma y en su manera. Además, es un hombre de cultura literaria, un muy buen crítico, un profesor de literatura de calidad. Es un tipo de persona muy escasa en Chile, así que me alegro".
Luciano Cruz-Coke
Ministro de Cultura
"Muy merecido este nuevo reconocimiento para Óscar Hahn, a quien el 2011 entregamos el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Su obra, de enorme valor y vigencia, ha logrado trascender las fronteras nacionales e influir en las nuevas generaciones de poetas y creadores".
Poeta mayor
La obra poética de Óscar Hahn merece largamente este reconocimiento. Destaca, entre otras razones, por su "gran estilización de la experiencia personal" (Jorge Edwards), por la exploración metafórica de los territorios limítrofes del inconsciente (Óscar Galindo), por el entrecruce y metamorfosis del código poético tradicional, medieval y renacentista, con el código moderno (W. Nick Hill) o por el intrincamiento de "los signos de la sexualidad y de los signos de la muerte" (Waldo Rojas), cuyo motivo unitario está compendiado en el verso: "Detrás de todo gran amor la nada acecha". Su ductilidad para reunir singularmente diversos estilos, fuentes e influencias es clave en la comprensión de su obra: "Un mismo poema puede integrar en su unidad esas dimensiones varias o se alimenta de ella como de lejanas raíces que, tras muchas hibridaciones, produce un fruto inclasificable pero óptimo: transgénico". (Ignacio Valente).
El otorgamiento del Premio Nacional de Literatura invita, pues, a la relectura de un poeta que en la tradición hispanoamericana ha logrado, gracias a su carácter de artesano inteligente, lúdico y apasionado, una original síntesis entre tradición y modernidad, verso libre y disciplina métrica, riqueza de referencias cultas y populares, e íntima unidad entre lo erótico y lo elegiaco.
Fuente: El Mercurio