30 de noviembre de 2012


José Manuel Caballero Bonald gana el Premio Cervantes

Publicó "Las adivinaciones", su primer poemario, en 1952, y así se le ubicó junto a otras figuras de la poesía española de los 50, como Ángel González, José Ángel Valente, Gil de Biedma
 y Claudio Rodríguez. Tenía 25 años y desde entonces, José Manuel Caballero Bonald no ha parado ni un minuto de escribir. Su más reciente trabajo es "Entreguerras" (2012), una autobiografía en verso.



Ayer, Caballero Bonald fue elegido en Madrid como el nuevo Premio Cervantes, dedicado a literatura en lengua castellana y conocido como "el Nobel de la letras hispanoamericanas". El galardón, creado en 1974 y dotado de 125 mil euros, también lo han conseguido los chilenos Jorge Edwards (en 1999), Gonzalo Rojas (en 2003), y Nicanor Parra, su último ganador (en 2011).
"El Cervantes es una meta a la que todo escritor aspira y este año me correspondía, era mi turno", aseguró Caballero Bonald. Ayer obtuvo el galardón "por mayoría", tras cinco votaciones de un jurado presidido por el académico Darío Villanueva. El ganador de la pasada edición del Premio, Nicanor Parra, no asistió a la votación.
Nacido en Jerez el 11 de noviembre de 1926 e hijo de padre cubano y madre francesa, Caballero Bonald abrazó tres ramas de las letras: es poeta, narrador y memorialista.
Entre su producción novelística destacan obras como "Dos días de septiembre" (1962), "En la casa del padre" (1988), "La costumbre de vivir" (2001) y "La novela de la memoria" (2010). El escritor canario Juan José Armas Marcelo, director de la Cátedra Mario Vargas Llosa, lo calificó como "el mejor poeta español".
Caballero Bonald anunció hace poco que, tras la publicación de su libro autobiográfico "Entreguerras", un solo poema de casi 3.000 versos, dejaría la escritura. "Ya no voy a escribir nada", aseguró en una entrevista.
Sobre "Entreguerras", quizás su obra más importante, el autor dijo que el título se refiere a sus "conflictos personales, a los enfrentamientos paulatinos con ciertas realidades inaceptables, a las luchas interiores para ir soldando lo que se vive con lo que se escribe".
El escritor e historiador de literatura José Carlos Mainer, en tanto, la definió como "una metáfora de la oscuridad, del conflicto, de la cerrazón, una metáfora de la España de la época".
Fuente:El Mercurio