Las cifras del estudio Fundación La Fuente-Adimark, que configuran una radiografía a nuestros hábitos de lectura, generaron repercusiones durante la semana. Aquí, dos expertas entregan sus opiniones y aportan claves para interpretar las tendencias que muestra la encuesta, como el hecho de que el 52,8 por ciento de los chilenos se declare "no lector".
Profesora de castellano con experiencia en la sala de clases, Loreto Fontaine trabajó como investigadora del CEP (donde participó en la edición masiva de los libros "Cuento Contigo" para fomentar la lectura) y luego de la UDP. Hoy se desempeña como jefa de la unidad de Currículum y evaluación del Mineduc.
-¿Hay resultados que le llamen la atención en la reciente encuesta sobre lectura?
"Me impacta -aunque no me sorprende- el efecto del nivel socioeconómico sobre los hábitos de lectura. Esto significa una terrible falta de oportunidades, y aquí es donde adquiere tanta importancia el papel de la escuela y más aún, de la biblioteca escolar en sectores deprivados. Hay mucho que hacer ahí y siento que el Ministerio de Educación puede jugar un gran papel, incrementando las bibliotecas e incorporando la lectura en los programas de estudio. También las facultades de Educación deben reforzar en sus jóvenes profesores la misión de promover la lectura entre los niños más vulnerables, como un factor igualador".
-¿El caso de Chile es especialmente dramático en cuanto a los índices de lectura?
"Creo que es especialmente dramático. A diferencia de algunos países de Latinoamérica, Chile es un país altamente alfabetizado y con altos índices de escolaridad. En Estados Unidos la lectura de libros no disminuye, como lo demuestra el éxito de empresas como Amazon, la demanda de libros electrónicos, la vitalidad de las bibliotecas. En el caso de Europa, en los datos de España no se observa una disminución de los lectores.
- Se insiste en la importancia de generar hábitos lectores en el nivel preescolar y básico. ¿Estas medidas no se han aplicado?
"Toma un tiempo desde que se diagnostica un problema hasta el momento en que las soluciones se implementan a nivel general. La cultura de la escuela es muy poco orientada a la lectura; se hace leer muy poco a los alumnos en todos los niveles. Los años preescolares son fundamentales en adquirir el gusto por leer y también para asegurar el éxito en el aprendizaje inicial de la lectura; sin embargo la inversión en libros para los jardines infantiles ha sido escasa. Solo recientemente el Mineduc, dentro de un plan general de fomento a la lectura, ha emprendido una acción conjunta con los organismos encargados de jardines infantiles destinada a proveerlos de libros y a capacitar a las educadoras".
-La mayoría de las personas dice leer por diversión o relajo, según la encuesta. ¿No hace falta una mayor aceptación de ese hecho y una postura menos paternalista hacia el lector?
"La buena lectura no es necesariamente 'intelectual' o 'académica'; quizás esa asociación sea causante en parte del alejamiento de los lectores. Yo relaciono un buen cuento o una buena novela más bien con 'humanidad' y con 'arte'. La buena literatura nos habla de nosotros mismos y eso interesa a todo el mundo".
-Un lector de novelas rosa o de autoayuda, ¿tiene más posibilidades de acercarse a otro tipo de literatura que un 'no lector'?
"La lectura es esencialmente un acto libre, una elección. Cada persona es atraída por algo diferente, acorde con su experiencia y el momento que está viviendo. Yo a los 14 años me leí en un verano cien novelas de Corín Tellado; me fascinaron y luego me hartaron. También estamos muy condicionados por lo que hemos leído antes; quien no ha leído nada no puede empezar con Bolaño. Respondiendo la pregunta, creo que sí; se puede empezar con autoayuda y avanzar hacia literatura; es simplemente un camino, como aprender cualquier cosa: se empieza con lo más fácil y de ahí se avanza"
-Se dice que las listas de lectura escolar no se actualizan y han desatendido los cambios experimentadas por la literatura infantil y juvenil. Por otro lado, se critica la inclusión de obras recientes de poco valor, que fomentarían el "facilismo". ¿Cuál es su visión?
"Por ningún motivo daría como 'obligación' algo de mala calidad. El papel del colegio es mostrar siempre lo mejor. Pero creo que no hay dicotomía: se puede entregar una muy buena lista "obligatoria" que sea a la vez moderna y fácil. En general recomiendo entregar listas muy 'mixtas' con cosas fáciles y más difíciles, e incluso con cuentos cortos para los más reticentes. Lo importante es lograr conmover al lector, a través de emociones que pueden ser empatía, ira, miedo, alegría, risa, pena, etc. La curiosidad, el interés por aprender algo, también son motores de la lectura. Si una obra es difícil de abordar, recomiendo leerla en clases, por capítulos y comentando entre todos. Eso permite sacarle el jugo".
-La estrategia de leer en clase parece retomar importancia.
"Actualmente ha recobrado importancia la idea de que una lectura y comentario bien dirigidos tienen beneficios en todo sentido. Motivan la lectura personal, aumentan la comprensión de lo leído, mejoran el lenguaje. Se crea un "ambiente lector" en el colegio, adultos y alumnos comparten el goce de un cuento, hablan sobre ello, en fin, la lectura se hace presente. El Mineduc ha iniciado recientemente el programa 'mis lecturas diarias'. En marzo de 2011 las escuelas recibirán, además de sus textos habituales, un conjunto de libros de cuentos o relatos para leer en clases junto al profesor. El programa comienza de 1° a 4° básico e irá avanzando".
-¿Ayudaría una megacampaña por radio, TV y prensa para fomentar la lectura?
"Depende del contenido. No creo mucho en las campañas que dicen 'hay que leer'. Creo más en dar a conocer los libros, mostrar su contenido, en el fondo expresar por qué sería interesante acercarse a determinada obra.
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Fuente: Artes y letras 14 noviembre 2010 ver en: EL MERCURIO