16 de septiembre de 2011


Exposición en Museo de Bellas Artes reúne dos siglos de pintura brasileña

La exposición marcó un hito a comienzos de la década. En 2001 y como conmemoración de los 500 años de su descubrimiento, la embajada de Brasil organizó la mayor exposición de su cultura en Chile. Brasil Profundo reunió más de 300 piezas, entre arqueológicas, arte indígena, religioso y popular, en una de las salas del Museo de Bellas Artes. Fue un éxito total. Sin embargo, algo faltaba. La muestra no incorporaba la historia de su pintura y, más aún, no daba mayor importancia a los artistas: la idea era reivindicar las manifestaciones anónimas alejadas de la academia. La deuda con el arte de caballete brasileño comienza a saldarse ahora con la exposición Brasil Brasileiro, que estará hasta el 23 de octubre en la Sala Matta del museo y que agrupa 79 obras de 50 artistas. Es un recorrido por la plástica de los siglos XIX y XX (hay algunos cuadros de 2000), organizada por el Banco do Brasil y que durante 2008 y 2009 estuvo en tres sedes de la institución financiera: Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia.
"El Banco do Brasil es el más poderoso de América Latina y se ha dedicado a difundir arte. Es primera vez que sus obras salen del país y las prestan a otro museo. Lo financian todo, desde el seguro hasta el embalaje. La idea es que el próximo año el museo pueda llevar arte chileno a Brasil", cuenta Milan Ivelic, director del Bellas Artes, sobre el convenio que la pinacoteca firmó hace unos meses con el banco.
Se trata de una muestra armada para la ocasión, con pinturas de colecciones privadas y públicas, y que plantea una panorámica del arte de esas latitudes a través de la mirada del curador Fabio Magalhaes.
A través de cuatro ejes temáticos (Nuestra tierra, Nuestra gente, Nuestros sueños y Nuestras luchas) se muestran los nexos entre la pintura y la identidad brasileña. Hay paisajes de influencia europea, pasando por coloridos retratos del pueblo y la selva hasta pinturas políticas. "Existen varias similitudes entre el arte brasileño y el chileno, sobre todo en torno al siglo XIX. Aquí se creó la academia de pintura en 1849, y en países como Brasil, Argentina o Colombia pasó igual. Era un arte muy académico que miraba a Europa. Luego, los artistas se separan de eso y van haciendo un arte más autónomo e identitario. Ahí aparecen diferencias. No tenemos la misma geografía que Brasil, ellos usan mucho color; nuestro arte, en cambio, es más apagado", dice Ivelic.
Hay obras de Emiliano di Cavalcanti, quien recibió influencias de Gauguin, Delacroix y del muralismo mexicano; de Antonio Amaral, que cruzó surrealismo y pop art; Cándido Portinari, creador de un imaginario brasileño, famoso por su pintura Guerra y Paz, que se encuentra en la sede de la ONU en Nueva York, o Rubens Gerchman, quien utiliza íconos del fútbol, la televisión y la política. "Gerchman es para Brasil lo que José Balmes es para Chile. Trabajó la contingencia y la dictadura. Ahí también hay convergencia con nuestra historia", dice Ivelic.
Los años 60 en Brasil estuvieron marcados por las luchas políticas, contra la dictadura militar de Castelo Branco y el imperialismo norteamericano. En ese contexto aparecen Gershman y Claudio Tozzi, quien con una estética colorida aborda conflictos sociales. "Se podría pensar que nuestras relaciones con Brasil son fluidas, pero no. Tampoco hemos traído una exposición como ésta de Argentina o Perú . Es una oportunidad única", subraya Ivelic.

Brasil Brasileiro

Hasta el 23 de octubre, en el Museo de Bellas Artes (Parque Forestal s/n). Abierto de martes a domingo, de 10 a 18.50 horas. $ 600 y $ 300. Recorrido por 79 pinturas de 50 artistas brasileños, producidas entre el siglo XIX y XX. Organizada y financiada por el Banco do Brasil. La curatoria está a cargo de Fabio Magalhaes, quien ha sido curador de la Bienal Brasileña de Diseño y curador jefe del Museo de Arte de Sao Paulo (MASP).