4 de julio de 2012

El cine presta su magia para motivar el aprendizaje en la sala de clases


Imágenes que evocan, personajes que cautivan, historias que emocionan, música que transporta. El cine y su potente atractivo para la educación es incorporado cada vez más en las aulas de España. De hecho, el curso "El cine, un recurso didáctico" nació en 2002, dentro del programa de formación del profesorado del Ministerio de Educación de España y, desde entonces, lo han cursado más de ocho mil 500 profesores del país ibérico.

"La creciente presencia de los medios de comunicación de masas en los distintos ámbitos de nuestra vida diaria nos obliga a reconocerlos como medios educativos y culturizantes por sí mismos", asegura Alberto Olivar, ex coordinador del curso Aula de Cine en Aragón, quien agrega que el cine ofrece un proceso natural de aprendizaje vicario e imitativo, además de ser una vía formativa motivadora, enriquecedora y multidisciplinaria.
La discusión en el país hispano está instalada. "Participo junto a un amplio grupo de expertos en el estudio de la necesidad de potenciar la enseñanza del cine y el audiovisual en las aulas y vamos logrando que se incluya en los programas escolares y en los de formación universitaria de profesores", cuenta Enrique Martínez-Salanova, profesor de la cátedra Comunicación e Imagen, y director de Comunicar.
Refuerzo de valores
Por sus potentes recursos, aseguran los expertos, el cine es un elemento imprescindible para el aprendizaje en todos los niveles educativos. "Cabría pensar, por cierta lógica de contenidos y argumentos, que las películas se adaptan mejor a las Humanidades y las Ciencias Sociales. Y quizás sea así en términos cuantitativos. Sin embargo, el cine se ha demostrado igualmente exitoso como refuerzo de aprendizaje en Ciencias o incluso de aquellas relacionadas con el pensamiento lógico y abstracto, como las Matemáticas", argumenta Daniel Aparicio González, académico de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del curso de cine como un recurso didáctico del Ministerio de Educación.
Su magia, su belleza, la versatilidad de sus técnicas y su infinita gama de contenidos, pero especialmente su capacidad para motivar a los alumnos es lo que destaca Alberto Olivar: "Pensamos que el cine, por su capacidad para generar emoción, facilita las estrategias y las herramientas necesarias como para que sea el propio sujeto el mediador en sus procesos de enseñanza-aprendizaje".
¿Por qué el cine puede ser mejor herramienta educativa? "Utilizar el cine en las aulas no se hace por simple juego, ni por entretenimiento, ni tan siquiera como un instrumento didáctico más", explica Enrique Martínez-Salanova, también autor del sitio de Cine y Educación, de la Universidad de Huelva. "El cine es cultura popular, arte y espectáculo. Las tramas y los temas del cine pueden y deben ser llevados a las aulas como elemento reflexivo y, por ende, orientador de comportamientos".
En efecto, José Vicente Mestre, consultor de Filosofía de la Universidad Abierta de Cataluña, asegura que es una herramienta maravillosa para promover valores como la empatía y la capacidad de entender cuál es la posición de personas diferentes a nosotros. "Viendo una película sobre el Holocausto, puedo llegar a entender hasta qué punto son negativos el racismo, la discriminación o la violencia", agrega.
Así, en la educación primaria pueden reforzarse valores de convivencia y especialmente de autoestima, mientras que en la secundaria, ya pueden introducirse la tolerancia, el respeto, la democracia o los derechos humanos, es decir valores más políticos o sociales. Lo fundamental es acabar obteniendo ciudadanos conocedores de sus derechos, tolerantes con las diferencias (raza, edad, sexo, condición), y respetuosos con los demás.
Las posibilidades del cine son múltiples y todos coinciden en que permite conectar con los alumnos, para quienes siempre es más estimulante el aprendizaje con imágenes que con textos puros y duros.
Fuente:El Mercurio