Hace tiempo que Hernán Rivera Letelier se resignó a que los proyectos para adaptar sus novelas al cine terminen como embrollos kafkianos. Más allá de las buenas intenciones de productores, guionistas y directores, la notoriedad de sus libros ha sido proporcional al entusiasmo y finalmente a la desilusión al saber que muchas ideas, con más o menos avances, han quedado en punto muerto.
Así ocurrió con la propuesta por Santa María de las flores negras, a cargo de Marcelo Ferrari (Sub Terra) y con Los trenes se van al purgatorio, de Jorge López (El último grumete). En tanto, de la adaptación de La contadora de películas, en manos de Walter Salles, y que comenzaría a planificarse el año pasado, tampoco hay noticias.
Sin embargo, con Fatamorgana de amor con banda de música la historia ha sido diferente: si bien fue una de las primeras propuestas, y quizás la que menos posibilidades tenía tras la muerte de Bernard Giraudeau, su guionista y productor, hoy ha entrado en tierra derecha: además de la dirección del belga Hubert Toint, ya tiene fecha, reparto y lugar definitivos de filmación. Será en marzo del próximo año y en la misma zona donde estuvo la oficina salitrera de Pampa Unión, al interior de Antofagasta.
Fue el propio Toint, colaborador desde el comienzo en el proyecto de Giraudeau, quien decidió concretarlo como un homenaje a su amigo. El director, que ha trabajado con actores como Juliette Binoche y Chris Rock, confirmó recientemente a los actores principales del filme: la belga Marie Gillain (Coco antes de Chanel) encarnará a Golondrina del Rosario, la pianista y profesora de declamación, mientras que el suizo Jean- Luc Bideau será el incorregible trompetista Bello Sandalio.
“Es una bella historia de amor, con una fuerza poética extraordinaria. Es épica, es romántica, es una historia que respira, es un western”, comentó Toint a la revista Cinergie. “Los recursos que tenemos no son enormes, pero permiten trabajar”.
Sortilegio
Hernán Rivera Letelier confiesa que el tiempo de escritura de Fatamorgana de amor con banda de música (1998) ha sido uno de los que más ha disfrutado. Y aunque aún le cuesta asimilar que la adaptación al cine se llamará Mirage d’amour avec fanfare, de todos modos se alegra cuando recuerda esas jornadas sentado frente a su añoso computador 286 y su impresora de punto.
“Fue una de las novelas en que más gocé escribiendo. Me salía todo. Todo se me daba. Yo creo que hay tres clases de tema para una novela: los temas buenos, los temas malos y los temas esponja, esos que parecen un imán que poco a poco van atrayendo cosas a la historia y la hacen crecer”.
Aquella novela terminó de situarlo como escritor y de conectarlo con sus lectores.
Así es. A los lectores, especialmente a las mujeres, les gustaba el lenguaje con que se contaba esta historia de amor. Lo consideraban muy erótico, muy poético.
Pero cuando se publicó Ud. tenía una espina clavada.
Ocurrió que la mandé al premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, que ya había ganado con La reina Isabel cantaba rancheras y luego con Himno del ángel parado en una pata. Yo quería ganármelo por tercera vez, pero no se pudo. Aunque muchos años después uno de los jurados me confesó que no podían habérmelo dado una vez más. Luego tuvo un premio muy lindo en España, en Santiago de Compostela, como la mejor novela del año escrita en nuestra lengua. En idioma extranjero el premio lo recibió Paul Auster.
Si hoy uno relee pasajes de la novela encuentra elementos políticos marcados y vinculados con la contingencia.
En todas mis novelas hay algo de eso. Soy de los que creen que no se puede escribir nada respecto de la pampa sin tocar en algún momento el tema político, lo social e incluso lo panfletario. En esta novela hay mucho de la tensión social que se vivía en el norte.
Conoce el guión que dejó Bernard Giraudeau.
Y también lo conocí a él. Creo que hizo un muy buen trabajo.
¿Hay muchas diferencias con lo que cuenta en el libro?
Hay cambios naturales, porque se trata de un formato distinto. Lo mismo pasa en el teatro. Siento que el director toma sus propias decisiones. Es un arte diferente, por lo tanto no hay que esperar que haga una película al pie de la letra de la novela. El libro es una fuente de inspiración.
¿Ha vuelto a leer la novela?
En una gira leí el capítulo 8, que es el que más me dejó conforme. Las mujeres dicen que esa parte del libro es como un sortilegio: o se enamoran perdidamente de Bello Sandalio, el personaje, o se enamoran perdidamente del autor de la novela.
Fuente: La Tercera