12 de abril de 2012

Radiografía laboral de los chilenos

Investigación que analizó las metas de los trabajadores en el país reveló miedos, objetivos y aspiraciones de hombres y mujeres conforme avanza la edad. 

EL HOMBRE chileno todavía parece estar más preocupado de avanzar en sus trabajos que de estar con la familia, comparado con la mujer, pero lo cierto es que la diferencia no llega a ser "estadísticamente significativa". Así lo explica un estudio realizado en la Universidad Católica del norte que elaboró una "radiografía" de la vida laboral de los chilenos, comparando miedos, aspiraciones y objetivos a medida que las personas avanzan tanto en edad como en sus carreras.
Un total de 264 personas de Santiago y Antofagasta participaron de la investigación. Todos tenían que evaluar la importancia de diversas metas laborales en sus vidas, de sus logros y con quién se comparaban a la hora de evaluar sus avances en el trabajo. Si bien a nivel general el estudio dice que la satisfacción es moderada, los logros personales y la realización con lo que se hace aparecen compensando en gran medida, las aspiraciones materiales no cumplidas de los chilenos.
Pero lo más interesante es que hay una verdadera radiografía que emerge con este estudio: los hombres son más dependientes que las mujeres -en especial de sus parejas-, el estatus social parece no inquietar a la mayoría de los chilenos y, a partir de los 40 años, desaparecen los miedos y las personas buscan la satisfacción laboral por encima de la competitividad y otros estresantes aspectos asociados al mundo del trabajo.
Comenzando por lo que más influye en hombres y mujeres a la hora de evaluar su éxito, las mujeres ponen atención a los logros conseguidos por miembros de la familia, más que a los de sus parejas, pero los hombres se muestran mucho más preocupados -todavía- de observar el avance de sus parejas, compañeros de trabajo y sus superiores. Y la pareja es la principal fuente de apoyo para el hombre que trabaja, pero no viceversa, ya que la mujer tiene una visión más general, centrada en la familia como un todo.
Según el estudio, entre 25 y los 39 años lo menos importante para los chilenos es alcanzar estatus social, pero mientras entre los 25 y 29 años lo principal es lograr la estabilidad en el trabajo, entre 30 y los 39 años lo más importante es la estabilidad familiar, y equilibrar casa y trabajo. Una realidad que se explica por el retraso en la paternidad de los chilenos: en el caso de la mujer, por ejemplo, desde 1980 a la fecha, los hijos de madres mayores de 35 años han aumentado en 75%, según datos del INE.
Pero a partir de los 40 años, el foco cambia. Ya no es la competitividad o la lucha por alcanzar posiciones en la empresa lo que prima, tampoco la familia: a partir de la cuarta década de vida es la satisfacción laboral lo que parece cobrar mayor importancia. Algo que tampoco es de extrañar si se considera que hablamos de una década en la que las personas ya no experimentan crisis.
Otros estudios han señalado que la tradicional crisis de los 40 años se ha desplazado a la quinta década de vida, lo que explicaría también esta búsqueda de la "felicidad" laboral en esta etapa.
Fuente: La Tercera


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