Lo barato cuesta caro. Refrán que calza perfecto con lo que ocurre en el mundo de las aplicaciones gratuitas para teléfonos inteligentes.
Dos estudios concluyen que, si bien las aplicaciones gratis son una solución para personalizar los smartphones , a la postre generan ciertas desventajas como un mayor consumo de energía o, lo que es más grave, la utilización de datos privados para fines comerciales.
Académicos de la Universidad de Purdue (Indiana, EE.UU.), en conjunto con investigadores de Microsoft, monitorearon el uso de energía de aplicaciones creadas para los sistemas operativos Android y Windows Mobile.
Según Abhinav Pathak, uno de los científicos a cargo de la investigación, el estudio descubrió que hasta el 75% de la energía que utilizaba una aplicación gratis era empleada para desplegar publicidad y un porcentaje mucho menor se usaba para ejecutar el programa.
Por ejemplo, en el caso de la versión gratuita de Angry Birds, sólo el 20% de la energía es usada para jugar, mientras que el 45% se utilizaba para determinar la posición geográfica del jugador y así ofrecerle avisos personalizados.
Otro estudio, esta vez realizado por la Universidad de Cambridge (Inglaterra), analizó cerca de 250 mil aplicaciones y determinó que cerca del 70% de las gratuitas y el 40% de las pagadas recopilaba datos que no eran relevantes para su funcionamiento.
Por ejemplo, el 35% de los programas sobre cómics solicitaban datos de la ubicación del usuario, algunos juegos incluso recopilaban información, como el teléfono de contacto, datos del calendario, entre otros.
Finalmente, la realidad es que la aplicación no es gratis: si bien no se paga dinero en efectivo, el usuario cede sus datos privados que son vendidos como parte del modelo de negocios.
Esa información -señalan los investigadores-, finalmente va a parar a las grandes redes publicitarias que la usan con fines comerciales.
"Las aplicaciones no debieran utilizar la publicidad como excusa para recopilar información", dice el doctor Ilias Leontiadis, uno de los investigadores de Cambridge. "Sólo deberían solicitar lo que ellos necesitan para funcionar. Tú no sabes si esa información es usada por la aplicación o va a parar a los avisadores, ni siquiera sabes cómo esa información va a ser utilizada".
Fuente: El Mercurio
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