Tiene acceso a una amplia gama de dispositivos, más que ninguna otra generación y, por lo general, no son de sus padres, sino que propios.
Pasa casi permanentemente conectado a internet y especialmente a las redes sociales. Y no sólo consume contenidos, sino también los genera en forma de blogs, páginas web y fotoblogs. Es el representante típico de la generación de las pantallas, la generación interactiva. Una que se repite en la mayoría de los países latinoamericanos, incluido Chile.
Fundación Telefónica y el Foro Generaciones Interactivas acaba de presentar los resultados de su segundo estudio sobre este segmento clave de la población latinoamericana que ya había abordado en 2008.
A través de los datos obtenidos, y que recopila un libro de 636 páginas, es posible hacerse una idea del perfil de este grupo en la región.
En Chile, sus características no son muy distintas a las del resto de los países encuestados. Aquí va una semblanza: su principal posesión es el celular; el primero lo obtuvo entre los 8 y los 13 años y fue un regalo de sus padres (47%) o la transferencia de uno de uso familiar que había sido reemplazado por otro modelo más avanzado (36%).
Lo usa principalmente para contactarse con los padres y, en menor grado, para hablar con los amigos. A los 12 años esta tendencia se invierte.
"La razón por la que muchos padres compraron celular a sus hijos es para tenerlos controlados, saber dónde están, pero los niños usan el celular para escapar de ese mismo control", dice Charo Sádaba, investigadora de la U. de Navarra y una de las autoras del estudio.
El hecho de que el celular se transforme como en un cordón umbilical electrónico, explica, hace que los menores se arriesguen un poco más porque saben que sus padres están al alcance de la mano. "Así se produce un efecto boomerang : el padre compra para estar más tranquilo y acaba estando más ansioso porque no dice dónde estará y no le contesta el teléfono", dice
El uso que el adolescente le da al teléfono móvil es intensivo: 56% no lo apaga nunca. El computador también es omnipresente. En el segmento entre los 10 y 18 años, preside la habitación de 64% de los encuestados, lo mismo que el televisor (56%).
Su acceso a la web es muy temprano. A los 7 años, 64% ya es usuario de internet y a los 16 la cifra se acerca al 90%. "La usan fundamentalmente para dos cosas: redes sociales y para divertirse, ya sea descargando juegos, música, video, cosas que tienen que ver con un universo de ocio", dice la investigadora.
Esto se refleja también en los contenidos que desarrolla esta generación. "En sus blogs se puede ver su universo de intereses adolescentes, sus grupos favoritos de música, deportes, películas como Crepúsculo o videojuegos. Solamente en algunos casos tienen un valor como autoexpresión".
A Charo Sadabá le inquieta en particular que el acceso a contenidos educativos no supere el 20%. Según la investigadora, aunque el ocio es importante, también hay que enseñarles que la tecnología tiene otros usos y ese es un deber especialmente de los padres.
Un punto a favor es que en su gran mayoría son buenos lectores, lo que incluye no sólo textos de estudio sino que también libros, periódicos y cómics.
Fuente: El Mercurio
No hay comentarios:
Publicar un comentario