Tate Gallery de Londres y Reina Sofía de Madrid se suman al centenario del pintor surrealista.
Había sido expulsado del movimiento surrealista y su vida en Nueva York estaba acabada. Roberto Matta iniciaba una nueva etapa, solo y en Italia. Eran los años 50 y al pintor no le importaba partir de cero: estaba en la cima de su carrera.
Los temas del espacio, la física y la filosofía humanista colmaban sus telas, que ya tenían su característico sello estético: Matta ya era Matta. Fue en 1952 que concibió elNacimiento de América, una de sus obras más emblemáticas, que después donaría a la U. de Chile. Se trata de una de las pocas obras que tiene el país de uno de sus artistas más universales y que acaba de ser restaurada. La razón: la pieza será una de las atracciones deMatta 11-11-11, la mayor retrospectiva del pintor, que abrirá en el Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM), el 11 de noviembre, fecha exacta en la que el artista cumpliría 100 años.
El anuncio oficial lo realizaron ayer Alejandra Serrano, directora del centro cultural; el ministro Luciano Cruz-Coke y Juan Carlos Palma, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Doña Inés de Collahuasi, auspiciadora de la muestra, y quien, además, financió la restauración del Nacimiento de América. "Es nuestra joya. En ella Matta desata toda su libertad y pensamiento mágico", dice Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo, que custodia la pieza.
Al cuadro se suman más de 100 piezas traídas de todas partes del mundo. Un esfuerzo titánico, que se inició en 2007, cuando Germana Matta, viuda del pintor, formó junto a la curadora Inés Ortega un comité junto al CCPLM para celebrar el centenario de Matta. La muestra en Chile incluye obras de 14 instituciones tan prestigiosas como la Tate Gallery, de Londres; el Museo Reina Sofía, de Madrid; el Stedelijk Museum, de Amsterdam; la Casa de las Américas, de Cuba, y el Rufino Tamayo, de México. "Gestionarla ha sido difícil, pero estamos orgullosos. Los chilenos hemos disfrutado poco a Matta. Queremos dar una mirada universal de su genialidad", dijo ayer Alejandra Serrano, sobre la muestra que costó 700 millones de pesos.
No han faltado los obstáculos. Hace unos meses se había confirmado el préstamo de El espejo de cronos, óleo perteneciente al BancoEstado y que adorna el Salón Azul de La Moneda, pero no pudo ser desmontado de la pared. "Es imposible descolgarlo. No cabe por la puerta. También nos pasó con otro cuadro de un coleccionista mexicano, quien estaba dispuesto a prestarlo. No pudimos trasladarlo", cuenta la directora.
Así y todo, la muestra será amplia y abarcará toda la carrera del pintor desde sus inicios en París, con los surrealistas Breton y Duchamp, en los años 30, hasta sus últimos años en Tarquinia, Italia, donde falleció en 2002.
Otra obra emblemática que sí vendrá especialmente desde el Thyssen Bornemisza es El proscrito deslumbrante (1966), obra tridimensional de cinco óleos que forman un cubo abierto y que está siendo exhibida ahora en Madrid.
A las instituciones se suman coleccionistas privados como los chilenos Isabel Aninat, Juan Salinas, Manuel Santa Cruz y el estadounidense Todd Figi, además de Germana Matta y los hijos del pintor, Pablo, Federica y Ramuntcho, quienes también cederán obras nunca vistas en Chile. La muestra se completa con dibujos, esculturas, documentos y fotos personales que recorren la vida de Matta. "Es una muestra ambiciosa que concentra energía pública y privada. Esperamos que vengan unas 1.500 personas al día. Estamos seguros que será un evento masivo y único", remata Serrano.
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